Todo cambia en la vida de Olga cuando, después de quince años de matrimonio, Mario la abandona por una jovencita. Sola con sus dus hijos, su mundo en apariencia perfecto se desmorona. Atrapada entre las cuatro paredes del piso que antes llamaba hogar, Olge no duerme, no como y casi no se reconoce: cuando se mira por la mañana, la imagen que le devuelve el espejo es la de una mujer que ha perdido todos sus atributos, y tendrá que buscar otras palabras que la definan y le permitan seguir adelante. Leyendo Los Días del Abandono nos convertimos en testigos de una caída libre hacia la desolación, un lugar donde ya nada tiene sentido. Sin embargo, como en todos los buenos libros, también en este "thriller de alma" cabe la sopresa, y el abandono puede abrir puertas que antes eran muros.